Así lo asegura Gonzalo Gotelli, ingeniero civil industrial de la U. de Santiago de Chile y gerente de Operaciones y Control Financiero del Banco Consorcio.
Para Gonzalo Gotelli Marambio, ingeniero civil industrial de la U. de Santiago de Chile (1998), el trabajo fue parte importante de su formación profesional. Precozmente comenzó a trabajar en el segundo año de la carrera, para una empresa que prestaba servicios profesionales a la AFP Provida.
“Éramos estudiantes de ingeniería industrial e ingeniería comercial que trabajábamos como cajeros para la AFP. Esa experiencia me formó en el trabajo y en todo lo que ello implica”, recuerda Gonzalo, quien también fue un activo dirigente estudiantil como vicepresidente del centro de alumnos del Departamento de Ingeniería Industrial (1996 – 1997).
Durante los dos últimos años de la carrera trabajó full time para una pequeña empresa constructora, como gerente de administración y finanzas, un cargo que le exigió aún más compatibilizar estudios y trabajo.
Tras titularse, su primer empleo fue en el Banco de Chile (1999), permaneciendo cuatro años y medio en el área de contraloría de riesgo financiero. “Para mí fue una tremenda escuela. El Banco de Chile me formó desde las buenas prácticas y sobre la manera de hacer las cosas bien en la banca. Me tocó interactuar con prácticamente todas las unidades del banco y participar en la instalación del banco en Estados Unidos”, señala.
En 2004 se le presentó la oportunidad de asumir la gerencia de riesgo de una institución financiera enfocada a las empresas y los negocios, el banco Monex. A mediados de 2006 asumió la gerencia general, cargo que ocupó hasta 2009, año en que la entidad fue adquirida por el grupo Consorcio. Fue así como se convirtió en gerente de Operaciones y Control Financiero del nuevo Banco Consorcio, cargo que ocupa actualmente. Además, es director de la corredora de bolsa (online), filial del Banco que opera a través de la web y que ya suma 20 mil clientes.
¿Por qué decidió estudiar Ingeniería Civil Industrial en la U. de Santiago de Chile?
En mi caso, tenía puntaje para ingresar a la U. de Chile y a la U. Católica. No quise entrar a esas universidades porque el ingreso era por plan común de ingeniería, y yo tenía claro que quería estudiar ingeniería civil industrial. Mi primera opción de postulación fue la U. de Santiago de Chile, que tiene un prestigio, principalmente en lo que es ingeniería.
¿Cómo fue su experiencia en la Universidad y en el Departamento de Ingeniería Industrial?
Viví bien a concho mi vida universitaria. Fui vicepresidente del Centro de Alumnos de Ingeniería Industrial, representante del Departamento en el Consejo de Presidentes (de todas las carreras de la Universidad) así que toda mi vida giraba en torno a la universidad. En lo académico, toda la formación de ciencias básicas fue muy exigente, en los primeros años de carrera. Con el tiempo logras valorar esa rigurosa formación y lo útil que llega a ser en la formación como ingeniero. Ya en la formación de especialidad, hubo áreas formativas clave como economía, finanzas, y métodos cuantitativos.
¿Qué asignaturas de su plan de estudios han sido más relevantes para su desempeño profesional?
Microeconomía, macroeconomía e ingeniería económica me han permitido ejercer en muchos ámbitos. También investigación de operaciones, que me ha dado un enfoque de los procesos, que es algo que también aplico hoy en día. Había un área bien potente de administración en la carrera, desde lo sistémico, de la escuela de Humberto Maturana, que también me ha permitido abordar problemas desde esa mirada.
¿En qué medida atribuye su éxito profesional a la formación entregada por la Universidad de Santiago?
El sello que nos identifica como ingenieros civiles industriales de la U. de Santiago de Chile es la flexibilidad y la capacidad de adaptarnos a distintos ámbitos profesionales. Podemos ver profesionales del Departamento de Ingeniería Industrial en la minería, industria metal mecánica, o en la industria financiera. Es una carrera versátil que nos permite adaptarnos, con la rigurosidad de un ingeniero civil, donde aprendemos a aprender. Ello se debe acompañar de una actualización académica permanente.
A partir de su experiencia profesional, ¿qué aspectos curriculares de la carrera fortalecería o modificaría?
Sería interesante incorporar finanzas avanzadas -yo solo tuve un electivo, que fue muy bueno- y otras especialidades que no están en el plan de estudios, como marketing.
Desde su perspectiva, ¿cómo percibe la formación de las habilidades transversales en los estudiantes?
Sobre la formación de habilidades transversales puedo señalar que haber sido dirigente estudiantil fue parte de mi formación: tuve que aprender a hablar en público, enfrentar conflictos y negociaciones súper duras, todo eso me marcó muchísimo. Cuando uno está en universidades grandes y diversas, que son de verdad, se logra el desarrollo de habilidades transversales. Creo que la universidad debiera propiciar la participación de los estudiantes en organizaciones estudiantiles u otro tipo de iniciativas de gestión de proyectos, eso puede contribuir a una formación más integral.
¿Cuánto inciden esas habilidades, a su juicio?
La carrera o el título profesional es un requisito básico. Yo busco un profesional que tenga la capacidad de relacionarse con otras personas, de trabajar con rigor y disciplina, de ser metódico, y manejar conflictos en la empresa.
¿Qué mensaje daría a los estudiantes del Departamento de Ingeniería Industrial?
Cuando uno hace algo, debe hacerlo bien. Eso significa dar todo lo que uno puede dar para el logro de un desafío profesional. Cuando las cosas se hacen a medias, o pensando en terminarlas rápido, o el objetivo es ganar más dinero, uno se pierde. Lo primero es hacer bien la pega, lo otro llega por añadidura.
¿Cómo definiría en una frase o concepto al Departamento de Ingeniería Industrial de la U. de Santiago de Chile?
Formación para adaptarse a distintos ámbitos de los negocios.